jueves, 25 de abril de 2024

Alegato anti Putin



Si ayer comentaba en el blog un libro muy crítico con el antiguo régimen comunista, hoy le toca a otro libro muy crítico con el actual régimen putinista. Por si fuera poco, anoche comencé el libro Putinistán del periodista Xavier Colás que no parece tampoco muy partidario. En definitiva que en poco tiempo me estoy poniendo al día de cómo están las cosas por las tierras de Tólstoi y de Chéjov (por cierto, dos escritores de los que tengo más de un libro en el estante de pendientes).

De Oksanen ya he comentado dos libros de ficción con diferente suerte. Ahora acaban de publicar este en el que se recogen un conjunto de artículos que ha ido publicando en los últimos años sobre varios aspectos de la realidad rusa. En concreto se trata de veinticuatro artículos agrupados en cinco grandes bloques con títulos como: Cuando la violencia sexual se convierte en arma, De soldados a criminales de guerra, El Homo putinicus, Curso rápido de colonialismo ruso y Un producto de importación.

Creo que estos títulos son lo suficientemente informativos sobre el contenido. De todas formas, no se me ocurre mejor forma de comentar el libro que reproducir algunas de las frases de la autora sobre los diferentes aspectos que trata porque, y me parece que este es un error de la editorial, el texto trata de muchos aspectos de la realidad rusa y no solo del tema del trato a las mujeres como parece que sugiere el subtítulo que se ha puesto en la edición española.

“(…) la violencia sexual se produce porque quien la perpetra suele quedar impune”. (p. 21)

“Observadores e investigadores han afirmado que la brutalidad de sus actos  (se refiere a las tropas que invadieron Ucrania) supera incluso la que se vivió en las guerras de Bosnia y Ruanda!. (p. 23)

“Incluso calificar como “guerra” las operaciones militares de Rusia en Ucrania está penado con hasta quince años de prisión”. (p. 61)

“En Rusia, pues, al igual que en su momento en la URSS, solo la lengua rusa es propia de las personas, mientras que todos los demás idiomas no son más que ladridos, balidos, mugidos, cosas de animales”. (p. 84 

“Digamos que el vacío ideológico que surgió tras el colapso de la Unión Soviética se palió con un argumentario ultranacionalista basado en la excepcionalidad y superioridad rusa”. (p.98)

“Ya de niña aprendí dos refranes rusos: “Si te pega es que te quiere” y “Las mujeres nunca dejan de parir””. (p.121)

“(…) la rusificación de la enseñanza siempre ha sido para Rusia una parte importante de la asimilación y la destrucción de la memoria nacional de los territorios ocupados”. (p. 198)

“Putin se ha concentrado desde el principio en reservar el acceso al poder y el dinero a una élite constituida por hombres de mediana edad que, además, comparten un pasado común en el KGB, una ideología imperialista y un estilo de gestión mafioso, cosas que, desde luego, supone atacar la igualdad y los derechos de las mujeres”. (p. 164)

 

La verdad es que a lo largo de las 266 páginas que tiene el libro, asistimos a un alegato muy crítico sobre el comportamiento del régimen ruso y también a veces del propio pueblo ruso. Oksanen tiene una parte de la familia en Estonia donde ella misma ha pasado largas temporadas y de ahí su visión de Rusia como un país colonialista.

Un libro de recomendable lectura en el que hay muy buenos artículos y, además, muy bien escritos.

 

Sofi Oksanen, Dos veces en el mismo río. La guerra de Putin contra las mujeres. Traducción Laura Pascual Antón.

 

miércoles, 24 de abril de 2024

Grata sorpresa



Este libro parece, por lo que pone la editorial, que fue escrito en 1988, cuando el autor tenía 22 años, pero no publicado. De hecho el Prefacio comienza con el siguiente fragmento:

“En un principio no quise publicar este libro porque creía, ingenuamente, que tras la desintegración de la URSS el pasado soviético de Georgia se convertiría tan solo en un amargo recuerdo. Estaba equivocado. Resultó que el pasado puede volver en forma de venganza, especialmente si no somos capaces de dejarlo atrás.” (p. 9)

Desde luego no sé si hubiese sido posible publicarlo cuando se escribió porque, aunque ya era la época de la Perestroika, el libro es una crítica durísima del régimen soviético.

La historia que narra es una historia real. En 1983 un grupo de jóvenes georgianos intentó secuestrar un avión para huir de un país, la URSS, en el que no querían seguir viviendo. El secuestro fracasó y los jóvenes fueron juzgados.

Turashvili cuenta estos hechos de una manera muy cinematográfica y me atrevería a decir que con la técnica del documental. Vemos a algunos de los jóvenes en su vida cotidiana anterior (uno, por ejemplo, se casa y asistimos a su boda), las relaciones que había entre ellos e incluso de alguno con su familia. Además, se narran momentos clave del secuestro y del juicio. Todo ello haciendo gala de una agilidad narrativa realmente notable y de unos diálogos enormemente expresivos. Es una historia muy interesante, pero sobre todo está muy bien contada.

Mencionaba antes que contiene una fuerte carga crítica del régimen. Solo dos ejemplos: uno, menos superficial de lo que parece, es la importancia que se daba a los pantalones vaqueros, un síntoma de cómo ya conocían las diferencias con occidente y no solo en lo que al consumo se refiere; otro, realmente impactante, es que los familiares de un fusilado tenían que pagar tres rublos por cada bala empleada en el fusilamiento.

Ahora bien, el hecho de criticar el régimen soviético no impide que Turashvili cuestione también lo que hicieron los secuestradores. Así, al final del libro deja la siguiente reflexión:

“No eran héroes. Lo que hicieron es un delito en cualquier sitio.

          Por consiguiente:

          Los padres, familiares, amigos y conocidos de los secuestradores nunca dijeron que Gega y sus amigos fueran inocentes y que no tuvieran que responder por lo que habían hecho. El secuestro del avión era un delito en todas partes, y aún más cuando acaba con muertes. Los secuestradores se merecían un castigo.

          Pero:

         Fusilar a alguien que no había matado a nadie es un delito igual que el secuestro, incluso peor.” (p. 176)

La edición se acompaña con un conjunto de fotos en las que podemos ver a todos los protagonistas. Esto a mí me ha resultado muy útil para poder seguir mejor la historia ya que algunos nombres son bastante difíciles y pueden dar lugar a confusiones.

Un libro muy recomendable por lo interesante de la historia y, sobre todo, por el trabajo del autor para contarla.

Nota sin importancia: El original del texto está en georgiano y no sé si es de esa lengua desde donde se ha traducido. No se dice y me ha extrañado ver una par de palabras que no se han traducido ni explicado su significado en la típica nota a pie de página.

 

Dato Turashvili, Vuelo desde la URSS. Traducción Inés Condoy Franco.

 

 

 

lunes, 22 de abril de 2024

Curioso y, puede ser, útil


Es curioso que he leído este libro cuando hace ya quince años que di mi última clase. Me llamó la atención el hecho de que se tratase de dar una “buena clase” y por eso me pareció interesante contrastar lo que planteaban con algo de mi experiencia.

Los autores son dos profesores universitarios, uno de la Complutense y el otro de la Rey Juan Carlos y eso se nota en muchas de las cosas que dicen en el libro. Un texto que tiene, en mi opinión, como principal problema el centrarse casi exclusivamente en la clase magistral y en la idea del profesor como “transmisor” del conocimiento, algo que en mi experiencia como profesor de secundaria tiene solo una utilidad muy limitada.

No obstante, hay varios aspectos, reflexiones y recomendaciones en el libro que son interesantes y que pueden ayudar a analizar críticamente la experiencia del que  lo lea.

Reproduzco de forma sintética los principales epígrafes del índice:

¿Por qué no es fácil dar una buena clase? Tú, Ellos, Nosotros,

Antes de la clase. Formación. Planificación.

Durante la clase. Captar la atención. Mantener la atención. Aliados y, sin embargo, enemigos.

Durante la clase online.

Después de la clase.

Como se puede apreciar se tratan todos los elementos y aspectos de una clase, de ahí el interés del libro a pesar de la limitación mencionada.

Me han gustado especialmente un par de cosas. Por un lado, los diferentes papeles del profesor como son: actor, jefe, policía, juez, mentor, etc. Por otra parte, dentro del papel de jefe, las críticas que hacen los no profesores a sus jefes como, entre otras: soberbia, falta de empatía, indecisión, irresponsabilidad, injusticia o mezquindad.

Desde otro punto de vista, me ha llamado la atención que dediquen un espacio a criticar la “gamificación” en la ¡universidad! No me imagino cómo se pueda estar utilizando esta.

En fin, un libro que puede resultar interesante en aquellas partes que no se refieran de forma estricta a la clase magistral y al papel del profesor como transmisor, algo que, aunque hay cierto sector del profesorado que lo defiende encarnizadamente, creo que no es demasiado útil para otras etapas de la enseñanza distinta de la universitaria.

Incluso para esta etapa yo tuve alguna experiencia muy enriquecedora cuando cursaba cuarto curso de la licenciatura de Historia que no se limitó a este tipo de enseñanza. Me dio clase don José María Jover Zamora que dedicaba una hora a la semana a la clase magistral y el resto hacíamos trabajos muy interesantes dirigidos por sus ayudantes. Era 1980 y es la vez que más aprendí.

 

José Cabeza y Salvador Gómez, Cómo dar una buena clase.

 

 

viernes, 19 de abril de 2024

Otro buen Greene


Esta es la tercera novela que leo de las que, con gran acierto, está reeditando Libros del Asteroide, y aunque no se trata de la mejor, sí que es una buena novela como no podía ser menos viniendo de la mano de uno de los grandes escritores británicos del siglo pasado.

Se suele hablar de thriller al referirse a ella, pero yo prefiero hablar de un drama. La historia es bastante sencilla: miembros de una banda asesinan a un periodista en Brighton y el responsable, Pinkie, hace lo posible para que no se sepa que ha sido él. Para ello, entre otras cosas, se casará con Rose, la única persona que puede denunciarle, para que así no pueda testificar contra él. Además, una mujer, Aida, se dedica a investigar quién ha sido el culpable del asesinato. Estos son los tres personajes principales. Junto a ellos, otros miembros de la banda y un abogado.

Con estos mimbres escribe Greene un texto de 344 páginas en las que describe las diferentes peripecias por las que pasa “el Chico” (la forma habitual con la que aparece el protagonista ya que se trata de un joven de apenas diecisiete años). Dejo constancia de la extensión porque me parece que es excesiva para desarrollar una historia así y creo que es una de las razones de que, a veces, se complique demasiado y la lectura resulte un tanto embarullada.

Además de la trama propiamente dicha, Greene refleja muy bien el ambiente de los años treinta en esa ciudad de la costa muy visitada por los turistas y veraneantes, aunque en este caso son los bajos fondos los protagonistas. Por otra parte, no pueden faltar las referencias religiosas; Pinkie es un creyente que, además, de vez en cuando cita algunas frases en latín.

La novela se lee con gusto, incluso cuando la trama decaiga un poco, porque Greene escribe muy bien y sus diálogos son especialmente buenos, Hay un capítulo que dedica a la boda entre Rose y el Chico que me parece lo mejor del libro.

Siempre se ha dicho de este autor que tiene una escritura muy cinematográfica y es verdad. De hecho este libro es un buen ejemplo, tanto que ha sido llevado al cine en dos ocasiones.

Hay dos buenas reseñas que hablan más de la historia y los personajes: la de María Tapias Fraile en nuevarevista.net y la de JesúsBeades en librosobrelibro.com.

 

Graham Greene, Brighton Rock. Traducción Miguel Temprano García.

 

 

 

 

miércoles, 17 de abril de 2024

Algo más que decepcionante


Cuando hace unos años leí Intemperie, la primera novela de Carrasco, me gustó tanto y me pareció que estaba tan bien escrita que pensé que había surgido una voz importante dispuesta, además, a tratar temas diferentes de los más que trillados ya por los escritores en castellano. La segunda, sin embargo, no me gustó nada, de hecho ni siquiera la comenté en el blog. Al ver que este Elogio de las manos había obtenido el Premio Biblioteca Breve, un premio que goza de cierto prestigio, decidí darle al autor otra oportunidad. Un error que no es la primera vez que cometo al ver libros premiados.

Dice el jurado justificando la concesión:

“Una novela curativa y luminosa que narra el proceso de restauración de una casa en el campo que termina redimiendo a la familia que la ocupa. Una hermosa parábola humana sobre la importancia del trabajo manual como origen último del arte” 

Efectivamente, el libro se dedica a narrar el proceso de restauración de una casa, el problema es que lo hace imitando el programa que había en la televisión dedicado al bricolaje. Hay páginas y páginas lijando, pintando, atornillando,… ya sea al patio interior, el exterior, la cocina, el emparrado,... Por dos veces tuve la tentación de abandonar la lectura, pero pensé que habría otros momentos y otros temas. Acerté, en parte al menos, porque hay algunos aspectos que me llevaron a los años de finales de los cincuenta e inicios de los sesenta en los que pasaba los tres meses de vacaciones en un pueblo de Toledo, con la familia de mi madre, dedicado a ayudar en lo que podía en las labores agrícolas. Así, cuando describe cómo se hierra a un caballo, o el descubrimiento de los gatos recién nacidos o la forma de aparejar una caballería, por citar solo algunos. Recuerdos todos muy gratos en mi historia personal.

Ahora bien, el texto se dedica en general a describir con todo lujo de detalles los diferentes trabajos manuales. En la novela no hay realmente personajes más allá del protagonista, un escritor que es claramente trasunto del propio Carrasco; no hay ningún tipo de trama; no avanza más allá de lo que avanzan las mejoras en la rehabilitación de la casa. No entiendo la redención de la que habla el jurado y menos aún de dónde sale la afirmación sobre “la importancia del trabajo manual como origen último del arte”.

Hay algunas reflexiones del autor que, en general, son bastante peregrinas. También un exceso al principio de nombres de autores como: Tanizaki, Stevenson, Perec, Tabucchi, Manoel de Barros, Ginzburg o Agnès Varda; nombres que luego va espaciando, pero que choca bastante por su proliferación en las primeras páginas.

Tengo que advertir que Carrasco es un escritor que me cae bien que, como decía antes, me encantó con su primera novela, que me gusta que desarrolle sus historias en esos ambientes, que escribe muy bien, pero no por eso debo evitar la crítica, incluso aunque parezca muy dura. No soy crítico literario, solo un lector al que le gusta que le cuenten historias interesantes con buenos personajes, dos cosas de las que carece esta novela.

 

Jesús Carraco, Elogio de las manos.

 

 

 

 

 

viernes, 12 de abril de 2024

ANDAMIO

Entrada con un buen conjunto de películas con gran variedad de temas y procedencias. Menos variedad en las series, pero también las hay interesantes y muy entretenidas.

 

Películas

 

American fiction. Producción estadounidense. Basada en una novela publicada hace más de veinte años, trata el tema del racismo pero desde una perspectiva no habitual. Se puede decir que, de alguna manera, es una crítica a la forma políticamente correcta de tratar el tema. Su protagonista es un escritor negro que no cree en las razas. Muy interesante y con un guion magnífico.

 

La zona de interés. Producción británica. Está basada en una novela de Martin Amis que comenté en su día en el blog diciendo entre otras cosas que no me había gustado. La película toma la idea aunque cambia los personajes. Aquí es Rudolf Höss, el director de Auschwitz, el protagonista. El tratamiento que da a la historia me parece muy logrado porque aleja la cámara y lo que vemos es el día a día de Höss y su familia en una casa que está pared con pared con el campo. Al contrario que la novela, esta sí me ha gustado.

 

El regreso de las golondrinas. Producción china. Realmente magnífica. Una gran historia de amor tratada con una gran sensibilidad. Una historia que se desarrolla en un mundo rural muy atrasado (usan técnicas del siglo XIX), pero que, al mismo tiempo, permite estar muy cerca de la naturaleza en un país que la está prácticamente destruyendo. Dos interpretaciones espectaculares que te meten en la historia y te la hacen totalmente creíble. Muy buena.

 

La extorsión. Producción argentina. Una thriller bien hecho, con un guion en el que yo esperaba algún giro más espectacular, pero que mantiene el interés. Entretenido y con un buen Franchella como es habitual en este actor.

 

La tierra prometida. Producción danesa. Está basada en una novela y se nota en el magnífico tratamiento de los personajes. Se desarrolla en el siglo XVIII cuando el protagonista (una gran interpretación de Mat Mikkelsen) quiere establecerse en el improductivo páramo de Jutlandia. Es prácticamente una película del oeste por los conflictos que se suscitan y los personajes que aparecen, con un “malo” que lo es y mucho. Muy buena dirección y espléndidos paisajes. Muy buena película.

 

El clan de hierro. Producción estadounidense. Basada en hechos y personajes reales cuenta la historia de una familia que se dedica al wrestling en los años ochenta del siglo pasado.  Aunque hay quizá demasiadas escenas de peleas, también dedica tiempo a explicar las diferentes vicisitudes que les suceden a los protagonistas. La verdad es que siendo una familia con relativo éxito profesional les persiguió la tragedia de diferentes maneras.

 

Los niños de Winton. Producción británica. Bien hecha la parte que se desarrolla en 1939 y con más impacto emocional lo que sucede en 1987. Está basada en hechos reales, más en concreto en el personaje de Nicholas Winton que salvó cientos de  niños judíos de Praga trasladándolos al Reino Unido con familias de acogida. Se ve con interés y, aunque no aporta ninguna novedad ni formal ni por el tema, no está mal que se sigan haciendo este tipo de películas.

 

Series

 

The Curse. Serie estadounidense de 10 episodios de 50 minutos. Muy original, tanto que a veces he andado perdido sin saber muy bien de qué iba lo que veía en la pantalla. La dejé antes de acabar el primer episodio, pero luego decidí darle otra oportunidad y, la verdad, me he emperrado en verla aunque no me lo he pasado nada bien salvo en algunos momentos. Interesante lo que tiene de crítica de cierta actitud progresista y ecologista además de un tanto asistencialista por parte de gente adinerada. Prescindible.

Sky Showtime

 

Pesadilla de un secuestro en California. Miniserie de 3 episodios de 50 minutos. Un documental de true crime sobre un suceso de 2015. Qué bien hacen estos temas los estadounidenses. Tanto la policía como los medios salen bastante, o muy, malparados. 

Netflix.

 

Cristóbal Balenciaga. Miniserie de 6 episodios de 50 minutos. Un buen biopic de la vida de este modisto de alta costura que fue uno de los grandes en el siglo pasado. Espectacular interpretación de Alberto San Juan. La mayor parte está en francés ya que se desarrolla en París y también hay fragmentos en euskera. Muy interesante para conocer los entresijos de un sector que solo se conoce por los medios del corazón. Además, muy entretenida.

Disney +

 

Historial delictivo. Serie británica de 8 episodios de 50 minutos. Thriller policiaco en la buena tradición del género en ese país. Tiene un buen guion, solventes interpretaciones y magnífica realización. Muy entretenido y bien contado. Además, algunos apuntes sobre racismo y, lo más preocupante, sobre elementos de ultraderecha dentro de la policía (esto acabo de verlo también en otra serie británica).

Apple TV+

 

El quinto mandamiento. Miniserie británica de 4 episodios de 50 minutos. Basada en hechos reales. Es la historia de un joven que se relacionaba con personas mayores para que le legasen sus bienes y luego asesinarlos. Por suerte no duró mucho en esa actividad. La serie es muy interesante, está muy bien contada y cuenta con una verdadera creación por parte del actor protagonista.

Filmin.


Gran descubrimiento



Una vez más he que comenzar un comentario dando las gracias a la editorial Sajalín por darnos a conocer a un escritor como Dzamonja que se une al club de los Bunker, Offutt, Cook o Ryan, por mencionar solo a aquellos que más me han impresionado. Un club de grandes escritores que tienen además la capacidad de conectar con el lector a través de una gran variedad de temas y registros.

Los 22 relatos que componen este libro no tienen desperdicio ninguno. Se inicia con uno espectacular, Un puente llamado deseo y termina con Sarajevo es mi mejor regalos de cumpleaños, un título que ya lo dice todo. La inmensa mayoría se desarrolla en los Estados Unidos, lugar al que emigró tras ser herido por la metralla de una bomba y del que regresó en 1998, solo tres años antes de su prematuro fallecimiento. Una estancia que no le gustó demasiado, algo que apunta en el magnífico y muy esclarecedor Prólogo Marc Casals, el traductor de la obra:

“Pese a que abundan los golpes de ingenio al clásico estilo sarajevita, el narrador de estos relatos es un ser atormentado: se siente fuera de lugar y lleva una vida que le hace infeliz, deambulando de un lado para otro sin encontrar asidero. Para colmo, es incapaz de mantener una relación funcional con sus hijas debido a su inclinación por la vida bohemia”. (p. 9)

Aparece aquí un tema que es recurrente y sobre el que vuelve en varios relatos: la relación con sus hijas, sobre todo con Nevena, la hija que tuvo en Sarajevo con su primera mujer, y con Vesna, la hija de su relación con una estadounidense.

Habla Casals de atormentado y yo añadiría que también nostálgico. Lo primero porque no le gustaba su vida americana y porque tenía malos recuerdos del conflicto en su país, de lo que deja constancia en fragmentos como los siguientes:

“(Como la mayoría, pensaba que, en los montes que rodean Sarajevo, solo había bandas de saqueadores primitivos y borrachos, en lugar de un ejército organizado que se había puesto como misión liquidarnos a todos)”. (p. 91)

“En un mes y medio de guerra, desquiciados por las ráfagas de artillería y las noches pasadas en sótanos, exhaustos por el hambre y la falta de sueño, atormentados por la incertidumbre, mi mujer y yo nos habíamos transformado en enemigos “. (p. 92)

Ambos fragmentos corresponden al relato titulado El horror sin nombre o… ¿cuándo comenzó?, el único que dedica exclusivamente a hablar de la guerra. Un relato que me ha traído a la memoria cosas que en su día leí en los textos de Ugresic, Karahasan, Jasna Samic o el más reciente de Damir Ovcina.

Atormentado sí, pero también con una gran nostalgia de la vida en el Sarajevo en paz, una vida de la que, por lo que deduzco de lo que comenta Casals en el citado Prólogo, dejó constancia en sus relatos escritos allí. Relatos que, por cierto, espero que Sajalín se anime a publicar.

Para terminar solo me queda recomendar encarecidamente la lectura de este libro. He disfrutado mucho aunque sé también que es un tipo de escritura que hay lectores a los que no les gusta. Se habla de un escritor de culto; una expresión que nunca me ha gustado y que suele tener que ver con un pronto y trágico final. Sea como sea, es un gran creador de historias más allá de que, en su gran mayoría, parece que reflejan su vida, pero sobre todo en un magnífico escritor con un buen dominio del lenguaje y de la construcción de diálogos.

Nota, sin importancia, para la editorial. En el índice se han dejado el relato titulado Taiwan in my mind.

 

Dario Dzamonja, Cartas desde el manicomio. Traducción Marc Casals.

 

 

jueves, 11 de abril de 2024

No es desde luego mi género favorito


Ha pasado poco más de un mes desde que leí mi primer libro de la autora y ya estoy comentando el segundo. Creo que ha sido un grave error. Ya avisaba, comentando el anterior, que no soy un seguidor del género que practica Enríquez. De hecho son los primeros libros que leo del mismo. Digo que ha sido un error porque una taza está bien, pero dos tan seguidas se me han atragantado. Quizá si hubiera dejado pasar algo más tiempo…

En resumidas cuentas: la mayoría de los doce relatos que componen esta edición no me han gustado Hay demasiado gore sobre todo en los primeros: en uno se pudre un cuerpo, a otro le va desapareciendo la cara, un tercero se pone un mioma como “joroba”, otro se va cortando trozos del cuerpo…

Me gustan más sus relatos del otro libro aunque reconozco que también en este suele ser capaz de mantener una cierta tensión en el lector; siempre se está a la espera de por dónde puede continuar la historia; otra cosa es que luego la salida resulte satisfactoria.

Toca algunos temas de la realidad de su país y, desde luego, hace una buena crítica de su clase media, una clase que evade impuestos y predica la violencia frente a los “negros” y la inseguridad reinante.

En esta línea de que aparezca la realidad, me ha gustado mucho el siguiente fragmento por lo que tiene de magnífica síntesis del país:

 

“Nunca habían preguntado qué necesitábamos y habíamos necesitado muchas cosas durante todos los años argentinos de crisis, renacimiento, pérdida, locura, desastre y renacimiento”. (p. 76) (El subrayado es mío)

 

Habrá que dejar pasar más tiempo para enfrentarse de nuevo a las historias creadas por esta autora, alguien que, por cierto, está teniendo un éxito enorme en nuestro país. De hecho sus libros están bien a la vista en las librerías y con muchos ejemplares.

Quien tenga interés en conocer más del libro le remito a la buena reseña de Koldo CF en unlibroaldia.blogspot.com.

 

Mariana Enríquez, Un lugar soleado para gente sombría

martes, 9 de abril de 2024

Problemático futuro


Este es un libro escrito por una novelista, documentalista y periodista brasileña, pero sobre todo, en mi opinión, una activista comprometida por la causa de la defensa de la Amazonia y de los pueblos-selva (como ella los llama) que la habitan. Tan comprometida que vive en la zona desde hace varios años con lo que eso supone de exposición a múltiples peligros incluido el asesinato.

A lo largo de sus más de 400 páginas Brum expone la situación de la zona y de sus habitantes y cómo desde el gobierno militar empezó la deforestación y la toma de posesión, de forma ilegal por supuesto, de las tierras por gentes venidas de fuera para dedicarlas a la agricultura (soja principalmente), la ganadería, la minería y también a la explotación maderera. En ese proceso fueron expulsando a sus habitantes y, en el peor de los casos, eliminándolos físicamente. Este proceso quedó algo frenado durante la presidencia de Henrique Cardoso y luego en la de Lula, pero se retomó bastante con Rousseff y llegó a su máxima expresión con Bolsonaro.

Así se llega a la situación actual de la que afirma:

“Por primera vez en la historia de la humanidad, los descendientes se ocupan del mundo que los adultos de la especie han destruido y siguen destruyendo” (p. 237)

Brum utiliza en el libro todo tipo de técnicas narrativas, desde la crónica y el reportaje a la entrevista o la confesión personal; y lo hace desde distintas disciplinas, desde la sociología a la política o la ecología. Todo ello muy bien interrelacionado de forma que el lector se haga con una idea clara de los diferentes niveles del problema. Un problema, por cierto, que tiene como principales afectados a los componentes de los pueblos-selva en primer lugar, pero que detrás vamos el resto de la humanidad por las repercusiones que tiene lo que pasa en ese gran pulmón que es la Amazonia para el clima del mundo.

Tiene también el libro el interés de conocer a alguien que es capaz de escribir, y vivir, lo siguiente: 

“Mi proceso de forestación me ha convertido en un ser diverso, divergente, orgánicamente integrado, y ahora, cada vez que visito Sao Paulo, “escucho” ríos enterrados vivos en la lápida de hormigón que es la ciudad. Una ciudad que amo, pero sé que es monstruosa. Despertamos otros sentidos cuando volvemos a ser naturaleza. No es cuestión de magia, superstición, brujería, esoterismo, no es abrazar árboles. Es una relación orgánica con el planeta, otra forma de ser y estar en los mundos y de transitar entre ellos” (p. 388)

Todo el texto es interesante, pero me gustaría destacar algunos momentos del mismo. Así, el capítulo “Violación y deforestación” en el que hay unas páginas brutales sobre la situación de las mujeres; la explicación de lo que son los grileiros y su actividad que resulta bastante impactante; la cantidad de suicidios que se producen en la ciudad de Altamira (en la que ella vive) y sus posibles causas; las páginas que dedica a los gauchos que es como llaman a los habitantes de Río Grande del Sur, el estado del que proviene la autora, un estado poblado por descendientes de alemanes e italianos donde el racismo supera la media del país; el capítulo “El balón de fútbol”, el más descriptivo y explicativo; y, finalmente, por cambiar un poco de enfoque, el precioso capítulo que dedica a la tortuga de río.

Brum tiene un pensamiento muy radical porque también es muy radical lo que está sucediendo en esa zona. La única duda que me queda tras la lectura de su. por otra parte, precioso e interesante libro es si hay posibilidades reales de que haya cambios significativos en lo que está sucediendo, de si hay alguna forma de frenar ese afán de riqueza típico de nuestras sociedades capitalistas y, lo que es más importante, de si hay la gente suficiente para hacerlo.

Desde luego se trata de una lectura muy, muy recomendable.

 

Eliane Brum, La Amazonia. Viaje al centro del mundo. Traducción Mercedes Vaquero Granados.

 

 

domingo, 7 de abril de 2024

Nunca es tarde


La verdad es  que hablar de un relato de Zweig a estas alturas parece raro en un blog en el que este magnífico escritor ocupa el segundo lugar, inmediatamente detrás de su amigo Joseph Roth, en la sección que dedico a “Mis autores favoritos”.

Seguro que hace muchos años leí este relato, pero gracias a mi (escasa) memoria he podido leerlo ahora como si fuese nuevo.

En él está el estilo característico de su autor y dos temas que también trató en más de una ocasión: la pulsión sexual, presente en muchas de sus obras, y la pasión por el juego, en este caso convertida en auténtica ludopatía.

En este caso es una señora de cierta edad quien le cuenta al narrador, que funciona como intermediario de la historia, algo que le sucedió hace unos años cuando tuvo una relación de un día con un joven adicto al juego.

El relato va ganando en intensidad a medida que avanza y mantiene  muy bien la tensión narrativa para que el lector se interese por lo que pasó entre la señora y el jugador. Zweig es un verdadero maestro en este tipo de relatos o novelas cortas, apenas 100 páginas, en las que es capaz de reflejar muchos aspectos de los comportamientos de la gente.

Tan recomendable como todo lo que escribió este maestro entre maestros.

 

Stefan Zweig, Veinticuatro horas en la vida de una mujer. Traducción María Daniela Landa

 

 

 

 

domingo, 31 de marzo de 2024

Retrato cruel de una época



He tardado mucho tiempo en leer a este magnífico escritor. De hecho, el primer libro que he leído y comentado fue en diciembre pasado. Me gustó muchísimo y me pareció una acertada, y muy negativa, visión de la España de los ochenta. En el que ahora comento, que fue escrito entre1977 y 1978, arremete contra la violencia del régimen con una dureza como no había leído nunca.

El protagonista es Germán Enríquez, el ”Jefe de Policía”, un personaje realmente repugnante no solo por su actitud como torturador sino también por su vida privada, aspecto este en el que Gómez Arcos se regodea con escenas que yo calificaría directamente de asquerosa. Junto a él aparecen su esposa Carlota y la madre se esta, dos buenas representantes de la gente de bien, o Ketty la amante y su madre, una madame de libro. Personajes bastante negativos. Junto a ellos Teresa López es el único positivo y Portal, un médico dietista que estaría entre ambas calificaciones según el momento de la historia. Una historia que es bastante simple: el Jefe de Policía ha sido asesinado de dos disparos y la novela, a lo largo de sus nada menos que 464 páginas, va contando las reacciones de algunos personajes y algunos aspectos de la vida del policía.

Como dice Jacinto Soriano Sánchez en el Prólogo:

“Escrita en estos años decisivos, la novela era la afirmación más rotunda de la exigencia fundamental de la memoria, de la necesidad -necesidad de conciencia y necesidad de esperanza- de no amnistiar el pasado y enterrarlo en el olvido. Agustín había abandonado el mundo oscuro y trágico que late bajo la “Paz” del franquismo (María República y Ana no) para entrar en la otra “intrahistoria”, también subterránea, de sótanos, penumbra y gritos; la de la represión y la clandestinidad de las víctimas” (pág. 21-22)

En este recorrido por una España sórdida el autor critica el régimen, pero también tiene sus buenas páginas sobre la Iglesia (las monjas especialmente), sobre todo por su papel en la educación.

Con todo, lo que más me ha gustado e interesado es la escritura y el estilo del autor. El libro está dividido en cinco capítulos y se puede decir que prácticamente en cada uno hay una forma diferente de narrar. Por ejemplo, en uno utiliza una breve frase para introducir el cambio del momento narrado o en otro la protagonista utiliza en el mismo fragmento la primera persona y la tercera para referirse a ella misma.

Un libro muy recomendable por el fondo y por la forma. Escrito con mucha pasión y, desde luego, con mucha mala leche. Al final queda la impresión de que Gómez Arcos se debió de quedar bien a gusto después de escribirlo. Hay que tener en cuenta que se instaló en 1968 en París exiliado por el acoso al que le sometía la dictadura.

 

Agustín Gómez Arcos, Escena de caza (furtiva). Traducción Adoración Elvira Rodríguez.

 

domingo, 24 de marzo de 2024

Decepción


Hace más de cuatro años leí el anterior libro que se publicó de la autora. Al releer el comentario que hice en el blog me he encontrado con el siguiente fragmento:

“Algunos de los personajes que aparecen son prototipos para demostrar situaciones más que seres de carne y hueso. Curiosamente, a pesar de tratar un tema tan vital, la forma de hacerlo es bastante desapasionada; da más la impresión de que estamos leyendo un informe sociológico que una historia personal y, además, está escrita de una forma bastante ligera. Solamente el principio y las dos últimas páginas se salen un poco de este esquema”.

Creo que es la primera vez que me pasa que algo que tenía pensado decir en un comentario coincide casi frase a frase con lo dicho en uno anterior. En las notas que suelo tomar había escrito: “Temas actuales e interesantes, pero…” o “No sé qué le falta, pero le falta algo. Quizás vida”

En el libro se recogen ocho relatos escritos entre 2010 y 2020 tal y como dice la autora en una nota final en la que, además, explica de dónde le vino la idea del tema que trata en cada uno. Creo que en esta explicación está la clave para entender la decepción: Cho pretende ejemplificar una serie de comportamientos y para ello crea unos personajes que en muchos casos parecen de cartón piedra, a los que les falta vida, les falta pasión, les falta, en definitiva, ser algo más que ser simplemente un juguete en manos de la escritora para hacer un muestrario sociológico. Por otra parte, si en el libro anterior se aprendían cosas interesantes de Corea del Sur, en este las historias son tan parecidas a lo que pasa en occidente que tampoco tiene esa ventaja. Así sucede con, por ejemplo,  lo que cuenta sobre las residencias de mayores, o los problemas y las luchas internas en las empresas, o los abusos en el colegio.

Eso sí, el libro está escrito con soltura y una prosa que se lee con gran facilidad. Este aspecto hace que se deje leer aunque tengo que reconocer que en varias ocasiones me encontré pensando en otros asuntos mientras lo leía.

La edición de Alfaguara, por otro lado, deja la sensación de que o se ha hecho muy deprisa o sin cuidarla demasiado. He encontrado unas diez erratas. Se lo comuniqué a la editorial en una red social y no obtuve ninguna respuesta.

 

Cho Nam-joo, Lo que sabe la señorita Kim. Traducción Joo Hasun.

 

 

jueves, 21 de marzo de 2024

En la Varsovia ocupada

 

Creo que la mejor manera de iniciar el comentario sobre esta novela es reproducir un par de fragmentos del Prólogo de Chimamanda Ngozi Adichie (por cierto, una escritora de la que he comentado varios libros en este blog):

“¿Qué es un estilista literario? Sea lo que sea, esta novela es obra de uno. Szczypiorski da saltos en el tiempo con elegancia y crea un gran impacto emocional con el fin de mostrarnos un presente en el que también vive obstinadamente el futuro. Resulta particularmente conmovedor seguir a un personaje mientras reflexiona sobre su situación actual en la Polonia devastada por la guerra  y, en la frase siguiente, enterarnos de cómo muere…”. (p. 9)”

“Estamos, pues, ante una novela de coraje moral que cuestiona la identidad y la ideología, que cuestiona y al mismo tiempo celebra el nacionalismo, porque en el fondo es un canto a Polonia”. (p. 10 )

También se dice en este Prólogo que el título no es demasiado acertado. El original se traduciría como “Comienzo”. Y es que esta señora no es ni mucho menos la protagonista del libro, ni tan siquiera un personaje relevante porque este libro está compuesto por un conjunto extenso de protagonistas, la mayoría judíos del gueto de Varsovia, de cuyas vidas sabremos cómo es el momento actual, esto es, en el año 1943, y a veces cómo fue antes o cómo será después, tal y como comenta Adichie.

Estamos ante un caso de narrador omnisciente y omnipresente. Un narrador que elige muy bien los personajes que forman parte de la historia que cuenta. Unos personajes a través de los cuales podemos apreciar cómo era la vida en la Varsovia ocupada.

Hay, además, a lo largo del texto varios momentos dedicados a reflexionar, de forma bastante crítica, sobre Alemania, sobre el comunismo ruso o sobre el nacionalismo polaco. Conviene aquí decir algo sobre el autor: participó en el levantamiento de Varsovia, estuvo internado en un campo de concentración nazi, y luego en 1981 en otro del gobierno polaco. En 1989 fue candidato por el sindicato Solidaridad al Senado.

El libro es muy original en su planteamiento y está magníficamente escrito. Lógicamente hay historias, y personajes, que interesan más que otras y otros, pero en general se sigue con interés y se disfruta de su lectura.

 

Andrzej Szczypiorski, La bella Señora Seidenman. Traducción Pilar Gil Cánovas.

 

 

sábado, 16 de marzo de 2024

Buen descubrimiento


Efectivamente, acabo de descubrir como lector a este escritor checo aunque lo conocía por ver otros libros suyos en los estantes de las librerías. No me había animado hasta hace poco a leerlo.

Desde luego se trata de un escritor muy original, al menos en los relatos que se incluyen en este libro, nada menos que veintitrés, todos centrados en el mismo tema: la pesca.

Reproduzco dos fragmentos del Epílogo de Karel Siktanc que expresan muy bien lo que es el libro y la obra de Pavel:

“Leo este último libro acerca de los peces, estos límpidos, cristalinos relatos acerca del ansia humana por la dicha más cotidiana, en medio de buenas gentes, y árboles, y presas, y peces, en medio de una naturaleza primitivamente pletórica y justa…”. (p. 196)

”Era capaz de ver un relato en cualquier cosa fugaz y pasajera. Sin tener que fabular demasiado. Sin tener que preparar por adelantado agudezas retorcidas a cualquier precio” (p. 192) 

Los relatos abarcan un largo periodo de la vida del autor, por cierto muy corta pues murió en 1973 a los 43 años. Así, en los primeros, para mí los mejores del libro, es un niño el que va descubriendo los secretos de la pesca gracias a su padre y a otro señor. Luego, serán sus hermanos los que le acompañarán. Finalmente, lo hará estando ya casado y con hijos.

La pesca aparece unas veces como juego, otras como deporte, pero siempre como gran pasión, Es larga la lista de peces que salen en el libro desde las lucios y las carpas a los barbos, pero también muchos desconocidos, al menos para mí.

Por otro lado, de vez en cuando aparece el contexto con la invasión de Alemania, la guerra o el nuevo régimen, pero solo como una forma de saber en qué época está.

La escritura de Pavel es bastante lírica en algunos momentos y con mucho sentido del humor en otros. De hecho me ha recordado bastante, sobre todo en los primeros relatos, a otro gran escritor también publicado por Sajalín como es Kenneth Cook con un sentido del humor muy parecido y también en relación con la naturaleza y el mundo animal

Un libro que me parece recomendable aunque también es cierto que en algún momento me ha cansado un poco tanta pesca y tantos peces dado que es una actividad que he practicado solo una vez en mi vida y de eso hace más de sesenta años.

En cualquier caso creo que tendré que leer algún otro libro de los que se han traducido del autor.

 

Ota Pavel, Cómo llegué a conocer a los peces. Traducción Patricia Gonzalo de Jesús.

 

 

 

jueves, 14 de marzo de 2024

Buena continuación


Apenas ha pasado un año de la lectura de su primera novela, Las malas, que me pareció una muy buena presentación del mundo de la prostitución trans (hay que decir que Sosa prefiere usar el término travesti y así lo hace también en la novela que hoy comento) y ya se publica en España esta segunda novela -Sosa ha publicado también poesía y relatos-, en la que de alguna manera el eje sigue siendo el mundo trans pero desde una perspectiva muy diferente.

El ambiente en el que se mueven los protagonistas es ahora un ambiente burgués. Se trata de un matrimonio formado por una travesti, la actriz, (en el libro no hay nombres propios), el esposo, que es un abogado gay, y el hijo adoptado de ambos que es un niño con VIH (un niño cuya madre se suicidó y su abuelo mató a la abuela para luego suicidarse también). Como se ve nada demasiado habitual. Además, el matrimonio mantiene una “relación abierta”.

Los primeros capítulos están centrados en la relación de la pareja y en otros vínculos que forman. Sin embargo, lo que me parece más logrado de la novela es a partir del momento en que aparecen con protagonismo los miembros de la familia de ella: una madre medio hippie con la que mantiene una mala relación y que le quemó la mano siendo niña, un padre poco activo y un hermano y una cuñada bastante impresentables. En la interacción entre estos personajes está, para mí, lo mejor de esta, por otra parte, muy interesante novela.

Sosa escribe muy bien como ya demostró en su anterior novela. No se corta en las escenas de sexo y combina muy bien el tiempo presente con algunas vueltas al pasado.

Para saber más sobre el contenido remito a una magnífica y muy completa reseña de Mariana Figueroa Dacasto en ladiaria.com.uy.

 

Camila Sosa Villada, Tesis sobre una domesticación.